5 junio
2016
Se acabó aquello de repetir cada semana "empiezo la dieta el
lunes". "El concepto de comenzar un plan con fecha de caducidad para
perder peso ha muerto.
La
tendencia apunta a comer saludable durante todos los días para crear hábitos
alimentarios equilibrados que mantengan el peso adecuado sin esfuerzo",
afirma Inmaculada Canterla, directora de Cosmeceutical
Center y miembro de
Engancharse a lo bueno
"Las dietas no
funcionan y son terribles para la salud", asegura Beatriz Larrea, 'health coach', "la mejor
estrategia es consumir ingredientes cargados de micronutrientes
que nos ayuden a potenciar la salud". Mientras que estos alimentos
benefician al organismo, hay otros, como el alcohol o los dulces, que solo
aportan calorías. El problema es que es más fácil engancharse a estos últimos
porque son bastante adictivos. Larrea aconseja "introducir poco a poco en
el menú elementos saludables como las legumbres, los granos integrales, grasas
buenas, frutos secos... Nos sentiremos tan bien que ya no querremos regresar a
la basura". La experta enumera algunas pautas para hacer el cambio:
·
Olvidarse del
azúcar refinado durante dos semanas.
·
No eliminar los
hidratos, sino cambiar los simples por complejos: arroz blanco por integral,
cereales procesados por avena, pan blanco por el de centeno...
·
Reducir el
consumo de proteína animal y suplirla una vez al día por la vegetal, como
garbanzos o lentejas.
·
Consumir grasas
saludables: aguacate, semillas o frutos secos.
Alimentos con mayúsculas
Superalimento es un
concepto inventado para hacer referencia a ciertos productos naturales, ricos
en nutrientes, que aportan beneficios extra a la salud. Aquí se incluyen las
semillas de chia, la cúrcuma, la col y las algas,
pero también el salmón, la papaya o el aceite de oliva. En realidad, apunta
Ángel Durántez, director médico de Neolife Clinic, "todo
ingrediente no procesado tiene propiedades favorables. Llámalo superalimento o
no". En cierto modo, esta tendencia está muy relacionada con la vuelta a
lo tradicional, que implica consumir materias primas de calidad, de temporada y
con denominación de origen. Pero no se trata de ningún remedio infalible.
"Es una error creer que si incorporamos al plato algún superalimento se
compensarán los fallos habituales. Quien piensa que si come mucho brócoli puede
abusar sin problema de las grasas saturadas está equivocado", aclara
Graciela Moreira, experta en nutrición y cocina de PronoKal
Group.
El menú del ADN
A través de un simple test genético se obtiene la dieta perfecta. La idea es que
sus pautas están escritas en nuestro ADN. La doctora Leire Gorrotxategui,
especialista en Medicina Estética y Nutrición de Clínicas Zurich,
explica que "para diseñarla basta con tomar una muestra de las células
epiteliales de la boca". El resultado de dicho estudio va a permitir
comprender cómo se comporta el metabolismo de cada paciente y, por
consiguiente, ayuda a adaptar la dieta de manera totalmente personalizada.
Asimismo, mediante este método "podemos detectar el origen de las
sintomatologías que ocasionan las intolerancias alimentarias,
tales como problemas digestivos, estreñimiento, gases o incluso migrañas",
concluye la doctora.
Del corto plazo al largo plazo
No hay que ir muy lejos.
Casi todos los expertos coinciden en que una de las dietas más completas y
saludables es la mediterránea. Rica en frutas, verduras, legumbres y cereales
integrales, también incluye la ingesta de frutos secos, aceite de oliva,
proteína procedente del pescado, carnes blancas y un poco de vino. Otra
alternativa bien valorada es el plan diseñado por el doctor Perricone
que, como aclara Inmaculada Canterla, "no está pensado para perder peso
sino para recuperar la salud de la piel y del cuerpo en general". Sus
menús tienen como fin luchar contra la oxidación, la inflamación y todos los
procesos que desencadenan envejecimiento. Algunos nutricionistas aconsejan los
regímenes hipocalóricos o bajos en calorías supervisados. El doctor Durántez defiende su eficacia a la hora de perder peso (se
gasta más de lo que se ingiere), pero "siempre que se hagan bajo control
médico". Además, aconseja, "al terminarlos se debe seguir un periodo
largo de reeducación alimentaria, para evitar efectos
rebote". Cambiar la mentalidad respecto a la dieta resulta esencial, según
Beatriz Larrea, para lograr bienestar a corto y largo plazo. "Se trata ser
disciplinado para tomar decisiones constantes que impulsan hacia la meta
elegida: una vida larga, feliz y sana". Así, los hábitos se van
transformando progresivamente hasta convertirse en una rutina. "Es un
trabajo diario de consciencia y responsabilidad, cuyas recompensas son
continuas". Así de simple.